viernes, 20 de marzo de 2009

Albert Casals


Por la necesidad de búsqueda, que ya se ha convertido en una adicción para mi, me encontré con este ser indescriptible...

Quiero explicaros una historia. La de un niño que nació el 18 de Julio de 1990, en Barcelona. El niño nació antes de lo que estaba previsto, de las ganas que tenía de ver el mundo, y con el paso de los años sus ganas de conocer gente y cosas nuevas no hicieron más que aumentar todavía más.
Cuando tenía cuatro años e iba de excursión con sus padres acostumbraba a desaparecer a los pocos minutos para ir “a descubrir caminos secretos”. Cuando iban a comer a un restaurante, se iba “a hacer amigos”, y al cabo de poco rato volvía, siempre acompañado, a presentar sus nuevos amigos a sus padres. Cuando cumplió 5 años, ya empezaba a guardar dinero para viajar cuando fuera mayor.
Pasaron los años y la vida de aquel niño sufrió contratiempos. Entre ellos, una leucemia. Una enfermedad a menudo mortal, pero que a él sólo lo dejó en una silla de ruedas. Pero no importaba. Era un niño particularmente tozudo, que había venido al mundo con una idea clara, y pocas cosas podían hacerlo cambiar.
Actualmente tengo 17 años, y he estado en Francia, Alemania, Bélgica, Holanda, Dinamarca, Grecia, Gran Bretanya, Italia, Bosnia, Serbia, Hungria, Tailandia, Malasia, Singapur, Japón... y, por descontado, en la mayor parte de mi país. Tengo muchos viajes pendientes. Para empezar, este verano marcho 6 meses a Sud-américa y otros 6 por Africa.
A pesar de todo, lo que más sorprende a la gente no es que haya viajado a tantos sitios sino la manera en que me gusta viajar. Totalmente solo. Ni familia, ni amigos, ni nada. Sólo yo, la silla y la mochila. La verdad es que la silla de ruedas no me causa ningún problema, más bien al contrario. Con los años he aprendido a aprovechar la compasión y la buena predisposición de muchos en innumerables situaciones: desde calmar a un revisor de tren para el que no tienes billete, hasta conseguir que no te hagan pagar en los supermercados (quizás podeis pensar que esto no es lo correcto, pero si una silla de ruedas me ofrece desventajas en la vida, ¿por qué no puedo aprovechar también sus ventajas?).
Volviendo a mis viajes, no sólo voy por mi cuenta, sino que prácticamente tampoco llevo dinero. Lo justo para comer. Y es por esto que a menudo duermo en playas, parques y metros. Pero en verdad, no se puede decir que esté precisamente solo. En cada viaje conozco muchísimas personas, cada una más sorprendente que la anterior, que a menudo me acogen en sus casas, me enseñan sus ciudades o me llevan a sitios que sólo ellos conocen.
Supongo que cada viajero tiene una razón para viajar: algunos lo hacen para desconectarse, otros para probar comidas exóticas, otros para ver monumentos y sitios interesantes, otros para visitar a un amigo o familiar. Y en mi caso, yo lo hago por la gente, y es por esto que siempre que alguien me pregunta por un viaje, lo primero de lo que hablo es de las personas que he conocido, ya que son las personas, y no los paisajes, las que pueden dar sentido a un viaje, marcándote para siempre con su recuerdo.
En fin, la verdad es que tengo centenares de anécdotas sobre personas extraordinarias que he ido conociendo, pero en un momento o en otro debo parar. Seguramente os dejo con muchas preguntas por responder: cómo viajo de un sitio a otro, qué dificultades encuentro, cómo gasto tan poco dinero, qué sitio es el mejor para viajar... pero os daré una respuesta que vale para todas las preguntas: ¡descubrirlo vosotros mismos!


Entrevista en La Vanguardia con Albert Casals, viajero en silla de ruedas, sin acompañantes y sin dinero. Una demostración de que los límites siempre son imaginarios… Acaba de publicar un libro: “El mundo sobre ruedas” en el que cuenta sus aventuras
¿Desde cuándo vas en silla de ruedas?
Desde los ocho años. Tuve mononucleosis y leucemia: o me trataban a saco, con riesgo de provocarme alguna discapacidad, o me moría.
Y fueron a saco.
Sí. ¡Y el resultado ha sido perfecto!
¿No te importa la silla de ruedas?
Si hubiese querido ser futbolista… ¡Pero no hay nada que yo no pueda hacer en mi silla!
¿No?
Subo, bajo, entro, salgo, he atravesado selvas y playas, he viajado por Francia, Italia, Grecia, Alemania, Escocia, Tailandia, Malasia, Singapur… Acabo de regresar de un viaje de seis meses por toda Sudamérica
¿Con quién viajas?
Me gusta viajar solo.
¿En silla de ruedas… ¡y solo!?
La silla es más ventaja que inconveniente: la gente te pregunta qué te pasa, de dónde vienes…, y así haces un montón de amigos.
¿Desde cuándo viajas así?
A los catorce años les dije a mis padres que me iba. Fue muy duro para ellos permitir mi felicidad. Pusieron una condición: el primer viaje lo haría acompañado por mi padre. Fuimos a Bruselas y aprendí cosas útiles para viajar. Y, a partir de los quince años, ya he hecho todos esos viajes yo solo.
¿Y qué dicen hoy tus padres?
Sufren un poco, pero están contentos viéndome contento. Agradezco que se hayan esforzado tanto en no ayudarme, en no decirme: “Esto no puedes hacerlo porque vas en silla de ruedas”. Ellos facilitan mi felicidad.
¿Eres feliz, pues?
Plenamente, pues no hago nada que no quiera hacer en cada momento. Ahora me apetece hablar contigo, y si no, no estaría aquí.
¿Con qué dinero viajas?
Con tres euros al día.
No es posible.
Hace seis meses salí de casa con 20 euros para irme a Sudamérica, ¡y he vuelto con 20 euros en el bolsillo!
Pero… ¿y dónde duermes, y cómo comes y… cómo lo haces?
¿Por qué nos complicamos tanto la vida? Siempre hay dónde dormir, siempre hay algo que comer. Conoces a gente, y todo fluye. ¡Qué sencillo es el mundo! Lo he entendido viajando. Bastan cuatro cosas: dormir, comer, ducharse y hacer amigos.
Dicho así, sí parece fácil.
Claro. ¿Qué impide a todos los europeos hacerse vagabundos? Es maravilloso…
¿Qué buscas en tus viajes?
Ver cómo vive la gente, ver cómo son, conocerles, vivir con ellos, ser su amigo.
¿Y qué opinan tus amigos de aquí?
Me entienden, mis amigos son como yo: todos están haciendo lo que desean hacer, aunque a ellos no les apetece viajar.
¿No te da miedo viajar solo?
¿Qué puede pasarme peor que no realizar mis sueños?
Pueden robarte…
Al poco tiempo volveré a tener lo necesario, ¡seguro! Y nunca podrán robarme lo vivido.
… Puedes sufrir un accidente, morir…
Aun así, habría hecho lo que realmente quería, ¡habría sido más feliz que quedándome aquí contra mi deseo!
¿Qué haces al llegar a un sitio nuevo?
Voy a un parque, a una plaza, saco mis naipes… Al cabo de un rato hay niños, ¡y luego medio pueblo está alrededor!
¿Qué te dice la gente nueva con la que te vas encontrando?
Los adultos repiten dos preguntas: “¿De dónde sales?”, “¿Y tus padres?”. Algunos se escandalizaban de mis padres por dejarme solo… Alguna vez la policía me ha detenido por si me había escapado… Un niño solo por el mundo, feliz…, ¿qué tiene de malo?
Hombre…
Ahora, ya con 18 años cumplidos, ¡soy libre!
¿Qué llevas en tu mochila?
Una libreta, algún libro, un boli, una linterna, los naipes para juegos de manos, jabón, cojín, dos pantalones y dos camisetas, calzoncillos, chaqueta, botiquín, la tienda de campaña y el kit de reparación de la silla.
Dime lugares en que hayas dormido.
Playas, vagones de tren, parques, estaciones, coches, campos, comisarías, castillos en ruinas, casas abandonadas, casas de gente, cuevas, mansiones…
¿Cuál ha sido el mejor momento?
Viajar de noche en la caja de un camión en marcha, destapada. Podía sacar la cabeza al viento o acurrucarme. Fue chulísimo.
¿Y tu momento más peligroso?
He estado a punto de palmar volcando en un camión, y atravesando una selva con vampiros, y en una lancha de traficantes de motores entre islas caribeñas, zarandeados por una tormenta con olas de cinco metros: me golpeé, caí al agua inconsciente… y pudieron rescatarme por pelos.
¿Qué planes tienes ahora?
Recorrer toda el Áfricaoriental hasta llegar a Madagascar.
¿Nada te frena?
Cuando haces lo que de verdad quieres, el universo entero conspira a tu favor. Mira alrededor y decide: tú puedes elegir vivir triste o contento. Yo elijo la felicidad. No veo entre nosotros razones para ser infeliz.
¿Y no piensas estudiar, trabajar…?
No, si no me divierte. Me gustaría ser mediador o acoger niños… A veces me dicen: “Si no trabajas, ¡de viejo serás pobre!”. Pero, si llego a viejo, ¡tendré amigos por todo el mundo! ¿Se puede tener más?

Este post se lo dedico a mi querida amiga Valentina y su hermoso deseo de "vivir fuera del sistema"


2 comentarios:

  1. Debo confesar que me emocionó leer la entrevista. Realmente es maravillosa la enseñanza de vivir. Pero más conmueve, el aliento que de ahí se desprende.
    Estar Fuera, estar dentro. Quien sabe de que lado uno elige quedarse. Lo importante es Estar, es frenar el reloj cronológico, y dejar que el tiempo se vuelva sincrónico, temporalmente mágico. Pensar constantemente:
    Si no es ahora. CUANDO?
    Si no es aquí. DONDE?
    Volver a la memoria intuitiva, a la raíz animal que nos caracteriza. Nos han dicho como vivir, como ser, como creer, como sentir, como pensar…Nos hacen constantemente.
    Rehacerse es la forma de volver. De estar en el centro. Animarse.
    Parece que la vida ya no cotiza en bolsa. La subestimamos, le ponemos la etiqueta de la vida eterna, descartable, así vivimos, sin consciencia de la muerte. Sin memoria del cuerpo. Sin entender que sucedió” vivimos el pasado para recordar el presente”.
    Destruimos, porque creemos que siempre vamos a tener más.
    Vivimos para tener, para mas mas mas, que en definitiva no deja de ser otra cosa que una Resta enorme a otras cosas. Al significado del amor, de la importancia de la familia, de los detalles tan subestimados como respirar..
    Cuando leo estas cosas, realmente me enojo un poco, porque a veces me siento tan absurda, tan banal con un montón de cosas que aun no logro desprender. Pero también me alegra, me da animo, me marca que estoy cambiando, que es importante observar a las personas que viven diferente, pero no por el hecho de que este en una silla de ruedas, sino por el solo hecho de animarse a vivir, De Ser un Ser. Tan sencillo e infinito como ello.
    Gracias por esas palabras. Por mostrarnos un poquito de vos.

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  2. Debo confesar que me emocionó leer la entrevista. Realmente es maravillosa la enseñanza de vivir. Pero más conmueve, el aliento que de ahí se desprende.
    Estar Fuera, estar dentro. Quien sabe de que lado uno elige quedarse. Lo importante es Estar, es frenar el reloj cronológico, y dejar que el tiempo se vuelva sincrónico, temporalmente mágico. Pensar constantemente:
    Si no es ahora. CUANDO?
    Si no es aquí. DONDE?
    Volver a la memoria intuitiva, a la raíz animal que nos caracteriza. Nos han dicho como vivir, como ser, como creer, como sentir, como pensar…Nos hacen constantemente.
    Rehacerse es la forma de volver. De estar en el centro. Animarse.
    Parece que la vida ya no cotiza en bolsa. La subestimamos, le ponemos la etiqueta de la vida eterna, descartable, así vivimos, sin consciencia de la muerte. Sin memoria del cuerpo. Sin entender que sucedió” vivimos el pasado para recordar el presente”.
    Destruimos, porque creemos que siempre vamos a tener más.
    Vivimos para tener, para mas mas mas, que en definitiva no deja de ser otra cosa que una Resta enorme a otras cosas. Al significado del amor, de la importancia de la familia, de los detalles tan subestimados como respirar..
    Cuando leo estas cosas, realmente me enojo un poco, porque a veces me siento tan absurda, tan banal con un montón de cosas que aun no logro desprender. Pero también me alegra, me da animo, me marca que estoy cambiando, que es importante observar a las personas que viven diferente, pero no por el hecho de que este en una silla de ruedas, sino por el solo hecho de animarse a vivir, De Ser un Ser. Tan sencillo e infinito como ello.
    Gracias por esas palabras. Por mostrarnos un poquito de vos.

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