domingo, 18 de septiembre de 2011

Gano el Salmon

Más importante que el triunfo electoral, más importante que todos los procesos políticos que tuvo que enfrentar, hoy ganó la esencia humana.  Ganó la actitud resiliente que lo caracteriza, ganó el coraje de un tipo audaz, arriesgado y decidido. Para mí no triunfó un partido o la historia o un apellido. Triunfó la fe, la locura de creer y  la rebeldía de negarse a aceptar lo que pasa e intentar cambiarlo. Es el resultado del esfuerzo de un tipo que se sacó una pesada carga, la capitalizó y desafío sus propios límites.

Querido Salmon,  como dice la canción de Calamaro, siempre seguiste  la dirección más difícil. Vas contra la corriente. Luchas por avanzar, nada te detiene y eso es precisamente lo que te define como persona. Llegarán otros desafíos, otras  batallas pero veo que ya ganaste, siento que  triunfaste  en un campo que va más allá de la política y toda consideración social. Ganaste la batalla de lo trascendental, de lo importante, te  convertiste un verdadero hombre que está a la altura de sus sueños.

Me despido con una frase de nuestro mutuo referente musical:

“Aquí me soñé siendo un niño y aquí estoy hoy siendo hombre”