martes, 1 de abril de 2014

En Cualquier Momento

He descubierto que la vida cotidiana no es ni monótona ni repetitiva.

¿Ah, no?
Dese cuenta de que todo es posible en cualquier momento y lugar. Incluso en situaciones muy triviales todo podría de repente derivar, explotar, cambiar...

¿La banalidad está en el discurso que nos hacemos sobre la cotidianidad?
Sí, y hay que liberar lo cotidiano de la banalidad, y para ello hay que observar, porque incluso los lugares más ordinarios para nosotros, ir de casa al trabajo, están llenos de detalles y posibles encuentros.


Eso es casi romántico...
Son las personas triviales las que se quejan de la banalidad de sus vidas. Si conseguimos poner entre paréntesis el interés práctico del uso, entonces la realidad aparece muy distinta, es lo que les suele ocurrir a las personas que han superado una enfermedad.

Describe usted a los humanos a través de los lugares que crea.
Sí, porque nos disfrazamos a través de lo que decimos y nos revelamos mediante los objetos que creamos.

Según los sondeos, en Francia la gente es feliz. A mí eso me entristece. Hoy el ser humano es pasivo, resignado y autosatisfecho. Preferiría un ser humano más inquieto, pesimista, combativo, con la voluntad de ser distinto a lo que se es.

Hoy hay un fortísimo control de las masas que se ejerce a través del consumo y del ocio.

En los años setenta en la tele francesa había dos cadenas y cada semana emitían películas de autor subtituladas, que todos veían (campesinos, obreros...). Hoy dicen que es un cine demasiado exigente aunque nadie se quejaba. Hubo una degradación objetiva de la cultura de masas que produce cosas cada vez más insignificantes, ridículas y grotescas.

Yo sólo observo y cito. Lo terrible no es que Auschwitz atraiga a millón y medio de turistas cada año, sino la coexistencia del museo con sus cámaras de gas y los vendedores de postales y patatas fritas, ese es el nuevo horror contemporáneo, esa mezcla de elementos horribles y elementos felices: tomarte una hamburguesa junto a la cámara de gas.

Bruce Bégout, Doctor en Filosofía